El uso de medios de protección contra las molestias de espíritus malignos, reales o supuestas, sigue naturalmente la fe en su existencia, y es, y será siempre, la característica de las religiones étnicas, salvajes o civilizadas. Sólo dos de las religiones de la antigüedad, la Egipcia y la Babilónica, caben en este renglón.
Pero no será tarea fácil, aun en el caso de estas dos religiones, de aislar lo que toca estrictamente nuestro tema de toda la masa de pura magia en la cual está sumergido. Los Egipcios atribuían a los demonios ciertas enfermedades y varios tipos de males, y creían en la eficacia de los hechizos mágicos y encantamientos para espantar o echarlos. El muerto en especial necesitaba ser fortalecido por la magia para que pudiera hacer con seguridad su último viaje hacia el mundo del más allá . Sin embargo no hay mención de exorcismo en los documentos Egipcios.
En el famoso caso en el cual un demonio a sido expulsado de la hija del Príncipe de Bekthten, el ministerio humano fue sin valor y el dios Khonsu en persona tuvo que ser mandado desde Thebes para esta misión. El demonio se retiró en forma elegante cuando fue confrontado con el dios y éste le hizo un gran banquete antes que se fuera "a su lugar " La magia de los Babilonios se mezclaba ampliamente con la medicina, ciertas enfermedades eran consideradas como el efecto de posesiones demoníacas y el exorcismo era considerado como la más fácil, sino la única forma de curarlas. Para este propósito se empleaban ciertas fórmulas de conjuro por las cuales algún dios, diosa o deidad era invocado para echar al maligno y reparar las malas consecuencias de su posesión.
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