jueves, 26 de mayo de 2011

HIGIENE DE UN QUIRÓFANO

En un hospital en general es necesario que haya unas medidas de higiene, pero dependiendo del lugar del hospital se requieren mayores o menores cuidados. En este caso vamos a centrarnos en la higiene de un quirófano donde las condiciones higiénicas deben ser las mejores.  A pesar de ello, las áreas quirúrgicas de los hospitales no están exentas de las llamadas  infecciones nosocoidales intrahospitalarias, a pesar de los estrictos protocolos de higiene que se siguen en estos centros. Pero, ¿cómo se limpian los quirófanos? Ésta es una cuestión poco conocida que, sin embargo, resulta de vital importancia, ya que una limpieza defectuosa puede exponer a los pacientes que se someten a cualquier proceso quirúrgico a los patógenos culpables de infecciones.



Al principio y al final de cada jornada se limpia el suelo en su totalidad, las superficies horizontales, las lámparas y el mobiliario del quirófano, así como los recovecos y zonas de difícil acceso del mismo. Para ello se utiliza agua, detergente y el desinfectante apropiado para el suelo y las superficies metálicas. En el suelo, por ejemplo, se emplea un desinfectante clorado como la lejía, para eliminar fluidos orgánicos. Entre intervenciones se cambian las bolsas de residuos clínicos y la camilla.
La mesa del instrumental quirúrgico se limpia mediante un paño humedecido con una solución limpiadora y desinfectante, así como las lámparas y el mobiliario cercano a la intervención. Y de la misma manera, la zona central del suelo y las salpicaduras o derrames de superficies horizontales y las verticales, según detalla Rocío Manchado, médico especialista de la Unidad de Epidemiología Clínica del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Clínico San Carlos, de Madrid. Los encargados de limpiar la parte no clínica de la sala de operaciones, es decir, el suelo y el mobiliario, son los integrantes del personal de limpieza, mientras que los responsables de la limpieza del material clínico y de esterilizar el instrumental son los auxiliares de enfermería. Y no todo acaba con estas medidas entre cada jornada y cada operación.
También hay previstas sesiones de limpieza general, ya que las paredes se limpian de forma periódica una vez al mes y las rejillas de extracción y de expulsión del aire se desmontan y se limpian cada seis meses. Estas son las medidas estándar aunque siempre que sea preciso esos plazos se pueden adaptar.

Un detalle curioso de los quirófanos es que las esquinas de la habitación poseen una curvatura para que los microorganismos no se depositen en dichas esquinas. En las esquinas de ángulo recto la deposición de los microoganismos es más fácil.

LA ESTERILIZACIÓN, UN PASO INDISPENSABLE

Esterilizar (que consiste en eliminar totalmente cualquier agente infeccioso) el instrumental o material que se ha empleado en una cirugía es imprescindible para evitar contaminar al siguiente paciente quirúrgico. Tras tirar el material de desecho, el resto se envía a una unidad de esterilización. Allí, un equipo de profesionales se encarga de limpiarlo, de eliminar los restos de materia orgánica, desinfectarlo y esterilizarlo. Existen distintos tipos de esterilización, utilizando productos químicos o determinadas temperaturas. Para ello, el material se introduce en un aparato que se denomina autoclave.
Las personas que llevan a cabo estos procesos se van formando a través de la práctica continuada de su trabajo en los hospitales, aunque también existen jornadas de actualización de métodos y sistemas de esterilización donde pueden reciclarse, como las organizadas por el Club Español de Esterilización (CEDEST).

AMBIENTE Y PERSONAL, DOS PIEZAS  CLAVE
Cumplir los tiempos estándares de limpieza no es la única medida importante para eliminar los microorganismos del quirófano. Para evitar que proliferen, es muy importante mantener el quirófano a una determinada temperatura ambiente, entre los 22 y los 25 grados centígrados, y con una humedad de entre el 45% y el 60%, explica Rocío Manchado del Hospital Universitario Clínico San Carlos, de Madrid. Otro aspecto crucial para garantizar un ambiente lo más aséptico posible es que los profesionales que intervienen en la cirugía cumplan fielmente las normas básicas de higiene personal.
Estas medidas comprenden vestir el pijama característico del medio hospitalario, cubrirse pies y cabeza con polainas y gorro, respectivamente, llevar mascarilla, el lavado de manos y la utilización de guantes. Las personas que permanecen en el quirófano durante la cirugía deben ser las mínimas y también deben moverse lo menos posible. En intervenciones complejas, como un trasplante u otras en las que deben participar equipos extensos de personas, esta recomendación es, obviamente, muy difícil de cumplir.

Esta foto representa un poco el circuito de limpieza que se sigue en un quirófano:




























Realizado por Grupo de la medicina:
-Abraham Cava Morales
-Alberto Rodrigez Ruiz
-Andrés Martín
-A.José Durán Romero

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